tiempo.
[4]
El abuso sexual constituye una experiencia
traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su
integridad física y
psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de
maltrato físico, abandono emocional, etc.
[5] Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta.
En su mayoría, los abusadores son varones (entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños.
[6]
Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:
- aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse o para categorizar o identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso de los niños que todavía no hablan y los que tienen retrasos del desarrollo y minusvalías físicas y psíquicas;
- aquellos que forman parte de familias desorganizadas o reconstituidas, especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden sentirse halagados con las atenciones del abusador;
- aquellos en edad prepúber con claras muestras de desarrollo sexual;
- aquellos que son, también, víctimas de maltrato.[7
TIPO DE ABUSOS A SIA LOS MENORES:
El abuso físico es una lesión no accidental (moretones,
fracturas severas, daños que conducen a la muerte) causada por puñetazos,
patadas, mordidas, sacudidas del cuerpo, desplazamientos, cuchilladas,
sofocamientos, quemaduras, golpes (con la mano, con una varilla, cinturón u otro
objeto) o alguna otra manera de causar daño provocada por el padre, cuidador u
otra persona a cargo del niño.
1 A estos daños se les considera una forma de abuso
sin importar si la persona a cargo del niño tenía o no la intención de causar un
daño. No se considera una forma de abuso cuando alguien recurre a la fuerza
física para disciplinar a un niño (con nalgadas o el uso de la palmeta) siempre
y cuando sea un castigo racional y el niño no sufra un daño corporal.
El
abuso sexual ocurre cuando un padre, madre o cuidador juega
con o acaricia los genitales de un niño; o cuando hay penetración, incesto,
violación, sodomía, exhibicionismo o explotación por medio de la prostitución o
la producción de materiales pornográficos. CAPTA define al abuso sexual como "el
empleo, el uso, la persuasión, la instigación, la provocación o la coerción de
cualquier niño para que participe en un acto sexual, o el asistir a otra persona
para que sea partícipe de una conducta sexualmente explícita, o la simulación de
dicha conducta con el propósito de producir la represtación visual de dicha
conducta; o la violación, y, en casos donde haya un cuidador o una relación
interfamiliar, la violación de un menor, el abuso, la prostitución o alguna otra
forma de explotación sexual de los niños, o el incesto con los niños
El
abuso emocional (o abuso psicológico) es un comportamiento
recurrente que impide el desarrollo emocional de un niño y perjudica su
autoestima. Este comportamiento puede incluir la crítica constante, las
amenazas, el rechazo, así como la falta de amor, cariño o apoyo. El abuso
emocional es difícil de comprobar, y por esta razón es posible que los servicios
de protección de menores no puedan intervenir sin evidencia de que existe un
daño físico o mental. El abuso emocional casi siempre se manifiesta cuando se
identifican otras formas de abuso.